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Por qué Red Bull debe preocuparse tras la marcha de otro favorito
- Ludo van Denderen
El comunicado de prensa de Red Bull Racing sólo contenía palabras de elogio para Jonathan Wheatley, el director deportivo saliente del equipo austriaco. Al igual que Christian Horner ha tenido que elogiar regularmente en los últimos meses otras salidas destacadas del conjunto austriaco. Mientras tanto, hay un vacío en la cúpula de la organización. Por citar algunos nombres destacados Adrian Newey se marcha a un destino desconocido, Rob Marshall ya ha sido transferido a McLaren y ahora Wheatley. Poco a poco, Red Bull debe estar preocupado por la marcha de tantas personas clave.
Personas de niveles inferiores también abandonaron Red Bull recientemente. Esto es perfectamente normal, porque en la Fórmula 1 los mecánicos, ingenieros y demás personal cambian regularmente de escudería. Pero en Red Bull, llama la atención que precisamente varias figuras destacadas de la organización hayan buscado refugio recientemente en otra parte. No porque les hayan despedido -como ocurre regularmente con los directivos-, sino porque prefieren trabajar en otro sitio.
Los motivos exactos de todos los que se marchan son en su mayoría conjeturas, aunque se sabe que Adrian Newey se sentía internamente ignorado y, además, no estaba ciertamente contento con la saga que rodeaba a Horner y a su antigua asistente. Wheatley siempre tuvo el sueño de trabajar algún día como jefe de equipo, y Audi le ofreció esa oportunidad. Quizá en su caso -a diferencia de lo que ocurrió con Newey- no había ninguna posibilidad de que Red Bull mantuviera al británico a bordo (a menos que hubiera que encontrar un sucesor de Horner).
Éxito en la Fórmula 1 gracias a la constancia
En la Fórmula 1, la coherencia dentro de la organización es una de las principales claves del éxito. Que personas como Newey y Wheatley hicieron un trabajo valioso y bueno durante mucho tiempo puede verse en el hecho de que cada uno de ellos trabajó para Red Bull durante casi dos décadas. Echarán de menos sus conocimientos y experiencia, aunque puede que haya personas capaces que estén calentando motores para sustituirles y hacer un trabajo igual de bueno.
Aun así, Red Bull debe estar empezando a preocuparse seriamente por la marcha de tanta gente clave. Eso no sólo debilita probablemente sus propias filas, sino que además -y esto es muy relevante- la competencia con la antigua gente de Red Bull en realidad se hace más fuerte. Un buen ejemplo es el ya mencionado Rob Marshall, que estaba bastante marginado en los austriacos. Se pasó a McLaren y, coincidencia o no, desde entonces ese equipo ha superado a Red Bull en cuanto a rendimiento.
Se echará de menos el conocimiento de Wheatley
Durante años, Wheatley fue considerado la conciencia y el indagador de Red Bull. Si querías saber algo, ya fuera técnico o sobre algo del reglamento deportivo de la FIA, Wheatley sabía la respuesta rápidamente. Sus conocimientos son oro y, sin duda, Audi se va a beneficiar de ellos. Igual que McLaren se beneficia de los conocimientos de Marshall, y un equipo aún desconocido se va a beneficiar de todo lo que sabe Newey.
En una organización con mil empleados, siempre hay gente que se va. Eso no se puede detener. Pero para Red Bull es importante que no se vaya demasiada gente de la vieja guardia. Al fin y al cabo, eso hará que Red Bull sea menos y sus competidores más fuertes.